Ni Michismi ni Fiminismi
“Ni machismo ni feminismo, igualdad”. Lo hemos oído en numerosas ocasiones. Tanto, que a veces nos parece que es verdad, pero ¿qué quieren decir con esto? Esta comparación quiere dar a entender que el machismo y el feminismo son lo mismo, cuando realmente ¡¡ESO NO ES ASÍ!!.
A ver, a ver, a ver... pero entonces, ¿por qué se llama feminismo y no “igualismo”, igualdad, o alguna otra palabra que englobe a todo el mundo, y no sólo a las mujeres?
Imaginemos que estamos en la hora del recreo con nuestros compis de clase y de pronto, nuestro amigo Manuel comienza a marearse. Esto debe comunicarse al personal del centro en cualquier caso, pero especialmente cuando le ocurre a Manuel, que tiene problemas de azúcar. Nos dirigimos a un grupo de docentes que están charlando para explicarles qué ha ocurrido. ¿Crees que es importante especificar que Manuel es el que está sufriendo los mareos?
¡CLARO QUE SÍ!
Con la lucha por la igualdad pasa lo mismo. Las mujeres son las que sufren la opresión por el hecho de serlo, por lo que la lucha por la igualdad, debe pasar por su liberación. ¡¡¡¡¡Y es por eso por lo que el feminismo, debe nombrarlas!!!!!
Además, ¿por qué este empeño en que no se nombre a las mujeres? La invisibilización es una de las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres.
“Lo que no se nombra, no existe” George Steiner, Filósofo (1929-2020)
Pero no te creas que esto es nuevo de ahora. Se hace continuamente desde hace ya unos cuantos siglos, y con estrategias que se van adaptando a los nuevos tiempos, y se puede ver en la falta de referentes femeninos existentes en puestos de poder, o en otros ámbitos de los que depende el mundo, como la política, la economía o la ciencia, e incluso en la cultura. No hay más que abrir un libro de texto y contar la cantidad de mujeres que se estudian en comparación con la cantidad de hombres. No aparece prácticamente ninguna en literatura, pintura, escultura, arquitectura, biología, química, etc. Y no porque no haya, sino porque además de que no son valoradas en la misma medida, se aplicaban la autocensura para que sus obras pudieran publicarse.
Ya lo vaticinó Virginia Woolf:
“En la mayor parte de la Historia, anónimo era una mujer” Virginia Woolf. Escritora (1882-1941)
Según un estudio publicado en 2014 por la Universidad de Valencia, sólo un 7,5 % de los referentes estudiados en los libros de texto para la ESO en España son mujeres. Teniendo en cuenta que las mujeres conforman algo más del 50% de la población mundial… ¡¡No me salen los números!! Bueno, bueno, bueno, ya estamos otra vez con las exageraciones. También se estudian mujeres en Historia por ejemplo… ¡Faltaría más! Pero… ¿De qué manera?
Conocemos a Carlos I de España y V de Alemania, el Emperador del Sacro Imperio Germánico Romano; Alejandro Magno, el grande; muchos Felipes: el hermoso, el bueno, el grande, e incluso Alfonsos: el magno, el sabio, el batallador,...
Y cuando se habla de ellas: Isabel la fea, María la sangrienta y las Juanas: la Beltraneja, impuesto por un rumor acerca de su padre, y la Loca, aunque sería más específico llamarla “Juana la maltratada”. Esto es sólo una pequeña parte de toooooooooooooooodas las violencias que las mujeres sufren por ser mujeres, y el feminismo es la herramienta que necesitamos para acabar con todas ellas.
Por eso, en vez de “Ni machismo ni feminismo, igualdad”, es más apropiado contestar: ¡NI MACHISMO NI IGNORANCIA, FEMINISMO!